Una de las instituciones con más solera de nuestra historia local es la que
se conoce con el nombre de Centenar de la Ploma. Esta fue una compañía
de cien ballesteros encargada de escoltar y proteger la Senyera de la ciudad y
reyno de Valencia en las contiendas bélicas. Fue instituida por Pedro IV el
Ceremonioso en 1365 durante el asedio de Morvedre, en plena guerra con Castilla
bajo el nombre de Centenar del Glorioso San Jorge por estar bajo la
advocación de este santo, pero pronto se conoció popularmente como Centenar
de la Ploma (pluma) por la característica pluma que llevaban los
ballesteros en el birrete. Parece que esta concesión fue una compensación por
los servicios prestados por la hueste o milicia urbana de Valencia en esta
guerra, pues hacía tiempo que la ciudad pedía la creación de una milicia fija
que se pudiese reunir con rapidez, contra la lentitud que supone la convocatoria
ciudadana de huestes. Desapareció finalmente en el año 1707 con el Decreto de Nueva Planta.
El Centenar de la Ploma estaba formado por cien ballesteros, comandados por
un capitán de la compañía que era el Justicia Criminal de Valencia y encargado
de llevar la Señera en la batalla y en los desfiles. La composición social del
Centenar era bastante plural. La bandera de San Jorge era la señal propia de la
Compañía que por emblema tenía una ballesta sobre una cruz de San Jorge, y
debajo el lema de la compañía: "In te Domino speravit non confundar" (En
ti, Señor, confiamos, no nos confundas). Por ello algunos de sus antiguos
miembros propiciaron la creación de una Cofradía bajo la advocación de San
Jorge en el año 1371. Entre las funciones de la cofradía estaba la de velar enfermos,
acompañar a difuntos y cámara mortuoria, un encuentro anual de la cofradía, y
fiestas y banquetes por San Jorge.