Este médico valenciano de los S. XIII-XIV es sin duda el más importante del mundo latino medieval y también tuvo su protagonismo en las cuestiones político-religiosas de su tiempo. En el año 1260 estudiaba Medicina en Montpellier y en el 1280 era ya un médico prestigioso al servicio de la casa real de Jaime II de Aragón aunque no por ello deja de atender sus intereses valencianos . Se introdujo en el estudio de la Biblia, del Talmud y del rabinismo en sus lenguas originales, así como de la lengua árabe y parte de la cultura musulmana. En París dió a conocer las ideas que había ido fragmentando acerca del próximo fin del mundo y de la necesaria reforma de la Iglesia. La repulsa de los teólogos de la Sorbona le lleva a lanzar a una campaña vindicativa que mengua su labor profesional. El prestigio de que goza le permite intervenir en problemas como el proceso de los templarios, los proyectos de Cruzada, interpretaba sueños de reyes que le llamaban para consultarle o las tensiones entre la Santa Sede y el rey de Sicilia. Pero Vilanova fue ante todo un magister medicinae ,autor de una importante obra médica, muy difundida y apreciada a lo largo de tres siglos a lo largo y ancho de toda la cristiandad.
El grueso de su obra original es fruto de su época de Montpellier: hay un conjunto de tratados extensos y bien elaborados que reflejan el estilo y responden a la utilidad de la docencia impartida en las Escuelas de Medicina. Fue un médico galenista que, sobre la base de un profundo conocimiento de la ciencia transmitida por los antiguos, elaboró una doctrina tan propia como tradicional y dirigió a la práctica clínica concreta. Su obra médica constituye un bien forjado eslabón en la cadena de transmisión del saber médico clásico y se le atribuyeron asimismo muchas obras apócrifas de carácter casi mágico o alquímico de las que no fue su autor. Morirá finalmente en Génova en el año 1311. Su escultura preside además el patio interior del Hospital Clínico de Valencia.